04 junio 2005

Economía: Cultura y servidumbre global


Son marionetas para el dedo, hechas de lana. Es común verlas desde hace algo m
ás de un par de años en puestos callejeros de Manhattan por las zonas más turísticas: SoHO, en torno al Metropolitan... Al principio eran una mezcla de personajes clásicos, como caperucita y el lobo, con otros pertenecientes a la cultura popular tipo Papá Noel. Poco a poco hay más monigotes cercanos al cine y a la televisión y menos a los cuentos infantiles.

Durante una visita reciente al Perú vi como estas marionetas inundaban los puestos populares y las manos de los niños que intentaban venderlas por una mínima fracción del precio que tenían en Manhattan. Eso sí, la selección era diferente y abundaban los temas andinos. La vendedora en New York explicó que efectivamente todas las marionetas eran hechas en el Perú. Encargadas por ellos y sujetas a temas populares, la última película o un programa infantil. El asunto se merecería un estudio algo más serio. Si miramos en Toys Not Just For Kids se insinúa que la venta de marionetas como estas, quizás las mismas, distribuidas por Charola's Crafts desde Miami (página descolgada pero accesible gracias a Internet Archive) ayuda sustancialmente a los ingresos de las familias que las tejen. No hay datos de ningún tipo que lo haga creible. Se añade que la distribución peruana se ha complicado y que se está vendiendo el resto del catálogo. Ya que la última página archivada pertenece al mes de abril del 2003 y yo me encontré cantidades ingentes el fin de semana pasado quizás no sería demasiado arriesgado decir que la distribución va viento en popa.


Lo peor era que toda la conversación de la vendedora destilaba un sentido de superioridad sobre los tejedores de las marionetas: Nosotros encargamos, nosotros diseñamos, nosotros les decimos... Todavía no se que englobaba ese "nosotros", si ella directamente, si los vendedores de Nueva York... En cualquier caso no sonaba del modo más adecuado o respetuoso. Una actitud triste desde el lugar del vendedor callejero, en este caso inmigrante también. Por una parte puede que haya una actitud típica, una voz, empleada por las clases superiores para reclamar el crédito, la autoría, y restar reconocimiento al trabajo de sus subordinados. Después no esta claro hasta que punto diseñan ellos, si mandan un prototipo, un par de fotos o como funciona el proceso. Quien quiera que lo haga muestra un alto nivel de ingenio y creatividad reinterpretativa para regurgitar estos personajes entre el homenaje y el ridículo para después enfundárselos un dedo. Esa es la parte positiva que hay en esta historia.

03 junio 2005

Museos: Nómada como un turista en un crucero


El museo nómada es un proyecto que el fotógrafo Gregory Colbert le encarg
ó al arquitecto Shigeru Ban para acoger sus imágenes. Me acerqué a la estructura más interesado por el concepto que por los contenidos y finalmente no entré por dos razones. Primero estaba la realidad de las enormes colas y después cuanto más veía reproducciones de las fotografías que se encontraban en su interior menos intención tenía de verlas.

El edificio empieza un viaje en un muelle de New York para después alcanzar Los Ángeles y tiene escalas por delante que incluyen el Vaticano. La estructura está compuesta de contenedores que se intercalan con lonas traslúcidas permitiendo el paso de la luz durante el día y la proyección de luz artificial al anochecer y se resguardan bajo el tejado a dos aguas sustentado por columnas de cartón. En el caso de Shigeru Ban es un proyecto a medio camino entre su obra más formalista y su obra reciclable de mayor compromiso social.
El concepto de un edifico museístico de quita y pon me parece fascinante. Desafortunadamente en este caso se convierte en una carpa circense y no en una vivienda nómada como su nombre podría sugerir. Vaya, esta hecho para mayor gloria de Colbert y, claro, con aquello de que no hay un centavo de dinero p
úblico parece que no hay nada que objetar.


Desafortunadamente no sólo no tiene un programa maleable si no que su exposición explota un populismo de vía rápida. Es algo sorprendente en un artista que se había mantenido alejado del circuito expositor, mimado por coleccionistas privados. 15.000 visitantes semanales en marzo y abril, esto es entrar por la puerta grande. Las fotos presentan la interacción entre humanos y animales. Fotos que pretenden ser genuinas y carentes de manipulación pero su admitida obsesión haciendo cientos de tomas durante horas hasta lograr la imagen perfecta, el tono sepia y la cera de abeja que usa para darles un envejecimiento artificial me reafirma en mi primera impresión de una obra demasiado cocinada, agarrotada y artificial.

En cualquiera caso no era mi prioridad hablar de la producción de este artista que personalmente me parece tan poco interesante, si no anotar una oportunidad perdida para crear un auténtico museo nómada cambiante y en transición. Un museo emigrante que programáticamente recogiera elementos de los lugares que visita, que dejara huellas de su cultura híbrida allá donde quiera que fuera, que apareciera y desapareciera según le llevasen sus inquietudes. Eso sí sería interesante. Ya sabemos como hacer un paquete ahora queda el contenido.


Foto inferior cortesía de Tom Fletcher New York Architecture Images

02 junio 2005

Ciudades: Apartamento del barrio chino, New York


Frente y revés de la puerta de la calle

Esa puerta, soló vacía cuando acaba el día y Canal Street se desinfla, es la que da acceso al piso compartido en el que un amigo nos había invitado a pasar el fin de semana. Pasará unos dos meses aquí antes de mudarse fuera de Nueva York. Es un espacio en transición que el predice será remodelado en el futuro no muy lejano, convirtiendo estos antiguos espacios industriales y de oficinas en apartamentos de lujo. Él comparte un interés, una pasión en realidad, por lo que son las ciudades y lo que las rodea. Le comenté como el barrio chino, uno de los últimos reductos de manufacturas, trabajo y residencia inmigrante obrera en Manhattan está siendo transformado en un área elitista como su vecino SoHo lo fue hace años. "¿? Francamente, nosotros... Esto - señalando al apartamento - es la primera ola de gentrificación."


Ascensor eternamente averiado y camino a la escalera que lleva a la puerta del segundo piso.

El pasado 21 de Mayo Michael Powell desde el Washington Post escribió sobre las presiones a las que se ve sometido el barrio chino de Manhattan. Desafortunadamente el post únicamente permite el acceso previo pago a sus artículos con más de 15 días de antigüedad. La mayoría de las referencias que uso aquí pertenecen a este trabajo.

Se comentan en general dos factores que están diluyendo la presencia del barrio chino: El comercio internacional y la presión inmobiliaria, ¿macro y micro? La desaparición de aranceles mundiales en la importación de textiles de China ha puesto el yugo al barrio en New York donde se han perdido miles de trabajos. El número de empresas textiles ha pasado de 400 en el 2000 a 150 en el 2005. En su mayoría han sido reconvertidas en apartamentos millonarios. Para remediar la competencia de las manufacturas chinas el gobierno de Bush ha puesto cuotas que limitan la importación a un 7,5% lo cual en el mejor de los casos frenará este proceso temporalmente.

Según muchos la ironía radica en que la culpa esta en la competitividad china. Hay que tener cuidado cuando uno roza la xenofobia, en este caso con el escozor extra de hacerlo frente a la gente con la que uno dice compartir una base cultural. Peter Wong, dueño de una fábrica: "De un modo extraño nuestro problema es la gente de China. Lo pueden hacer más barato. Sus fábricas no exigen pago hasta que se entregan los textiles. Nosotros no podemos competir con esto."


Puertas del tercer y cuarto piso. El cartel del antiguo negocio del cuarto decía: Tres damas y caballero.

Nuestro anfitrion comentó que en realidad probablemente no haya lugar en Manhattan para la industria. Me temo que sólo va a tener razón si entendemos el mercado como fuerza prioritaria, como legítimo y justo organizador de nuestras vidas. En principio él se opone a la intervención estatal y promociona la ingerencia del individuo, o el mercado para configurar nuestro entorno. Personalmente me da tanto pavor la mano larga del mercado como la del estado. En un mercado puro e ideal ¿estarían sujetas a relocalización otras instituciones cívicas y sociales? Templos, bibliotecas, centros de salud, zonas recreativas... ¿Cuál es la jerarquía, la selección, de los elementos regulados, protegidos?

Imaginemos por un instante que así desaparecerá el barrio chino y queden solamente de él huellas y recuerdos. Es lo que esta comenzando a consolidarse en Washington DC. En un futuro mensaje espero poder contar la retorcida historia en detalle. Aquí baste decir que hay una regulación estética que obliga a mantener en la zona elementos chinos, carteles bilingües incluso en las tabernas irlandesas pero no hay ninguna regulación que garanticé que el barrio chino de Washington sea eso, chino. Es sencillo invertir en maquillaje urbano.


Quinto piso y puerta de acceso a la azotea. Nos quedamos en el quinto.

La importancia de la industria es crucial en la historia de los barrios chinos. La simbiosis existía entre las mujeres que trabajaban en las fábricas por pequeños salarios pero con asistencia sanitaria ofrecida por el sindicato mientras que sus maridos tradicionalmente recibían salarios más altos en los restaurantes fuera de la sindicación. Además en los últimos tiempos los sindicatos han perdido energía reforzando la calidad laboral y niveles salariales.

Quizás esto hable de las deficiencias de ciertos modos de organización familiar para adaptarse al capitalismo. Algunas de estas críticas harían pensar que el problema es que estos grupos son incapaces de reinventarse para adaptarse a las dominantes y homogeneizadoras fuerzas del mercado. Y si lo hicieran seriamos capaces de decir que no hay diferencias culturales.


Vista interior desde la puerta de un dormitorio.

El apartamento mide a ojo unos 230 m2, y aproximadamente cuesta unos $4100 mensuales más facturas a repartir entre tres inquilinos. Es un precio relativamente asequible para alguien trabajando con éxito como consultor o autónomo, sintomático tanto de New York como de la transformación del barrio. Aún dista de las antiguas fábricas (entre $100 y $160 por m2) ya reconvertidas en nuevos apartamentos de lujo que se cotizan a $10.700 el m2.

Kevin Chu de la corporación del desarrollo de la industria de la vestimenta (Garment Industry Development Corp.) dijo: "Da miedo, estas fabricas de ropa son la columna vertebral de la economía del barrio chino. Sin ellas el perímetro del barrio se reduce a diario." No es sólo el perímetro, el virus esta dentro.

01 junio 2005

Ciudades: La dinámica de Canal Street, New York


El sábado pasado nada mas llegar a Manhattan nos metimos en Canal Street, en pleno barrio chino, para buscar la última residencia del amigo que nos iba a acoger durante el fin de semana. Recuerdo haber ido de paso por Canal antes, cruzarla o darle un vistazo. Convivir durante unos días con esta calle es un buen recordatorio del porqué New York es fascinante. Durante todo el día una maraña apenas navegable cubre las aceras. Una mezcla de vendedores, puestos callejeros, neoyorkinos, turistas, curiosos y buscavidas se une frenéticamente a la creciente acumulación de basura.


Me llamó mucho la atención la presencia tan fuerte y sonora de venta de todo tipo de copias ilegales de música, películas e imitaciones de relojes, gafas... Tras tanta moralidad y ataques a las descargas digitales, la última de Lucas estaba en manos de todos los vendedores junto con las últimas novedades, películas pornográficas y éxitos musicales. No es que peque de inocencia, ocurre que recuerdo presenciar durante una visita anterior una detención de un vendedor de relojes Rolex falsos cerca del Empire Estate Building con gran violencia por parte de la policía dentro de una operación encubierta, empezando por la manera en que metieron al inmigrante contra el suelo al intentar echar a correr... Y así, una operación de copias tan extensa y abierta me sorprendió. Bueno, están atentos a correr y a desmontar el puesto, bien lo vimos más tarde en Harlem, sabor de barrio diferente pero dinámica de venta callejera similar donde también presenciamos darles el aviso, "agua", y recoger mantas, como hacía tiempo que yo no veía.


Y tras llegar a la puerta, al portal del apartamento, me dejo para después lo que queda detrás, entre esos dos puestos por los que apenas se lograba pasar. Creo que la mujer del tenderete que ponía la banqueta delante se va a alegrar de no verme la cara.

31 mayo 2005

Postales: New York desde Canal Street



Este es un mensaje sonoro - Haz click para escucharlo

La tienda de moda a la que hago referencia en la grabación es agnès b: más de 115 tenderetes por el planeta. La revista-folletín que repartían se hace llamar Point D'Ironie y esta editada por el crítico Hans-Ulrich Obrist. El numero 35 está dedicado a las reflexiones gráficas del arquitecto Yona Friedman sobre el desaparecido casco antiguo de Berlín.



Podría haber sido uno del Depor, pero bueno tuvo que ser David Beckham... Al fin y al cabo era Inglaterra la que se enfrentaba a Colombia el día siguiente en el estadio de los New York Giants.


30 mayo 2005

Ciudades: El mito del renacimiento urbano


He leído
con gusto hace poco la pieza "Leyendas urbanas: a las ciudades no les va tan bien como piensas" (desafortunadamente de momento solo en inglés) de Joel Kotkin. Es un buen artículo que desmonta con razones la popular mitología del renacimiento de centros urbanos y lo que quizás sea más importante ofrece una crítica sólida a la manera en que las ciudades organizan sus prioridades para ser competitivas. En particular ataca la filosofía del "pan y circo" adoptada por muchos enclaves para ser populares dejando de lado servicios básicos como la educación, sanidad o vivienda a cambio de cuidar a una elite social a través de espacios recreativos y grandes eventos. Un ejemplo a mano son los continuos esfuerzos olímpicos por lograr un asunto que promueva a la ciudad en el contexto mundial. Me harto de repetir que el éxito de Barcelona estuvo basado en una política y planificación continuista antes y después del la olimpiada, que si bien pudo constituir el clímax no fue la receta mágica para la ciudad, y como ejemplo inverso siempre uno puede darle un vistazo a lo que el movimiento olímpico logro para Atlanta en el 1996. Un ejemplo cercano a mí, que desafortunadamente parece inevitable, es el subsidio público para crear un estadio de baseball en Washington, DC.

Probablemente haya un par de aspectos grises en el escrito pero en general creo que es muy relevante y sobre todo hace falta que personas influyentes dentro de la dinámica urbana sean capaces de articular estas opiniones desde su acceso a plataformas de mayor alcance.

29 mayo 2005

Lecturas dominicales: Plástica callejera en la capital



Unas cuantas referencias sobre el arte callejero en DC:

La obra de Borf ha circulado por varios lugares de la costa este pero ahora pasa sus días en DC y la esta liando: Galería de muestras.

Últimamente Mark Jenkins la esta liando con sus bebes de cinta adhesiva por toda la ciudad: Proyecto Cigüeña

Libro sobre la historia del graffiteo en DC: Free Agents

Pretty City es una bitácora que documenta la pintura que se invita a los muros de Washington DC.

Ah, y muy interesante la reacción del Wooster Collective, dedicado al arte callejero, censurando la iniciativa mas o menos acertada de Property Games que recopila imágenes de artistas callejeros y las convierte en camisetas, tazas, bolsos y otras chucherías. Según Property Games: Arte callejero = arte libre. Según Wooster nada puede estar más lejos de la realidad... Veamos: cobrar por el trabajo ajeno... cuestionable, vale. Algo que carece de marco legal y se hace desde la clandestinidad: Canutas las va a pasar para revindicar que est
á siendo explotado sin su consentimiento. ¿Como era aquello del o jugamos todos o se rompe la baraja? Ya tenemos debate.