Distribuido por David B.
Mucho preocuparse por el déficit democrático y mucho llanto y crujir de dientes por las negaciones a la Constitución Europea, pero las instituciones de Bruselas no aprenden. A pesar de reiterados rechazos (una, dos, tres veces), a pesar de la campaña popular en contra, a pesar de que tan sólo favorecen a grandes empresas estadounidenses y perjudican a pequeñas empresas europeas, a pesar de que la historia demuestra que se usan mal y que son innecesarias para garantizar la innovación... las patentes de software han superado un obstáculo más para ser aprobadas en Europa. Lo que significa que la burocracia europea hace oídos sordos a su población, pero escucha a las grandes multinacionales y cuida de sus intereses. Y luego se sorprenden del euroescepticismo...
El lunes se produjo la primera votación significativa en el Parlamento Europeo sobre las patentes de software. Fue en el JURI, que es el Comité Jurídico del Parlamento y que lleva los temas ligados a jurisdicción (según parece las patentes de software para esto no se consideran tecnología, sino que son un tema legal). Los resultados [ffii.org] fueron, salvo contadas escepciones, bastante desalentadores y dañinos para el movimiento contra patentes de software. Hay que dejar claro que los miembros del JURI son los que de verdad estudian el tema, por lo que el resultado de esa votación es la mejor referencia para el resto de eurodiputados de cara a la votación final.
La explicación de lo que pasó en esas casi 300 votaciones interesadamente desordenadas, caóticas y a mano alzada (!) fue que el jefe del Comité JURI [eu.int] en el Partido Popular Europeo (el PP es el miembro español de este grupo parlamentario), el eurodiputado Lehne [ffii.org] de Alemania, consiguió (obligó) que todos los 10 representantes del PPE en bloque más los 3 del ALDE (liberales) votaran en contra de todas las enmiendas limitadoras de la patentabilidad propuestas por el ponente del Parlamento para esta directiva y antiguo primer ministro socialista francés, Michel Rocard [ffii.org]. En definitiva, Lehne logró que en el JURI defendiera los intereses de los abogados de patentes de Siemens que él abandera en el Parlamento, consiguiendo en algunos casos incluso emperorar la supuesta posición común del Consejo Europeo (todo un mérito). El resto de grupos en principio votó a favor de la no patentabilidad, pero sus votos sólo totalizaban 12, uno menos de la mayoría.
Es notable que a esa reunión no asistiera el eurodiputado del PP, López-Istúriz [eu.int], cuando su equipo tenemos constancia fehaciente de que estuvo estudiando el tema en detalle. No sabemos si su ausencia se debió a presiones de Lehne o a que el PP de Bruselas no quisiera mostrar sus cartas aún antes de la segunda lectura real del Parlamento del 5 de junio (o a que simplemente no pudiera por su agenda, aunque esto es un tema prioritario para todos los miembros del JURI).
Sí asistió el miembro del PSOE, Masip Hidalgo [eu.int] que votó correctamente al igual que prácticamente los otros miembros del PSE que casi siempre apoyaron a Rocard.
Hay que dejar muy claro PPE no está tan convencido como parecería por esta votación. Los pro-patentes de Siemens y la EICTA (AETIC en España) pueden manipular a Lehne y Lehne imponer la disciplina de voto a su equipo del PPE de Asuntos Legales, pero lo que no puede es imponer la disciplina de voto al resto de europarlamentarios del PPE (son varios cientos, el mayor grupo parlamentario, y ya hay bastantes que están muy en contra de las patentes de software). Ahí está nuestra baza en el PPE y los pro-patentes saben que ese es su talón de Aquiles. Por eso son tan necesarios empresarios que se vengan a Bruselas a hablar con todos esos europarlamentarios no controlados por Lehne por estar en su Comisión.
Esa es la clave. La FFII, con apoyos de gente que vaya a Bruselas, puede informar a los 726. Los pro-patentes lo tienen más complicado porque formar a un equipo tan grande de lobbistas "mercenarios" lleva un tiempo del que no disponen.
Así que, si no queremos que esta del 5 de julio sea la última batalla y perdamos la guerra, hay que ***de inmediato*** y en bloque hacer lo siguiente por orden de prioridad:
1) llevar durante las semana que viene cuantos más empresarios informáticos sea posible a Bruselas para que cuenten lo negativas que son las patentes de software para su negocio y que apoyan las enmiendas de Rocard y la posición de la FFII.
2) aportar cuantos más testimonios de empresarios y directivos sea posible a www.economic-majority.com/testimony en los que quede claro que se apoyan las enmiendas de Rocard y la posición de la FFII.
3) aportar cuantas más empresas sea posible a www.economic-majority.com para que podamos representarlas cuando visitemos a los europarlamentarios y pidamos apoyar las enmiendas de Rocard y la posición de la FFII.
4) difundir al máximo la URL de www.economic-majority.com (si alguien diseñara un banner más "comercial" basado en éste [ffii.org], sería magnífico, que lo envíe a es-parl[en]ffii·org)
5) si no puedes hacer nada de lo anterior, escribe cartas físicas o faxes a todos los europarlamentarios [eu.int], pero principalmente a los del PP [eu.int] (o PPE si puedes hacerlo en inglés u otros idiomas europeos). En ellas tienen que quedar claro el daño que le hacen las patentes a tu puesto de trabajo y a tu empresa, y que apoyas sin fisuras las enmiendas de Rocard y la posición de la FFII.
Importante, la única forma que tenemos para luchar contra los helados gratis, las comilonas, los yates y otras prevendas de los intensísimos y económicamente poderosísimos lobbies pro-patentes, es nuestra presión popular, electoral y económica de las PYMEs y las grandes empresas consumidoras de informática.
Así, una carta física tiene 10 veces más posibidades de que te la lean e influya realmente que un correo electrónico que saben que no cuesta esfuerzo enviar y generalmente ni leen. Una visita física vale 1 millón de veces más que una carta física. Una llamada telefónica a no ser que seas muy conocido o importante, no suele tener mucho éxito por ser demasiado anónima y no dejar constancia escrita de lo dicho. Frases genéricas como "no a las patentes" no le dicen nada a un eurodiputado, porque hasta Microsoft va diciendo cínicamente que está en contra de las patentes de software y por otro lado apoyando las enmiendas o los textos pro-patentes. A los eurodiputados, que no son informáticos y ni siquiera técnicos en general, hay que decirles claramente que apoyas las enmiendas de Rocard y la posición de la FFII para que no peligre tu trabajo, tu empresa y la economía del sector informático en España porque las patentes de software, también denominadas "patentes de invenciones implementadas en ordenador", son lo peor que le puede ocurrir a las empresas tecnológicas innovadoras españolas y lo mejor que puede ocurrirle a nuestra competencia de otros países como EE.UU., Japón y China.Las patentes en sí mismas no son el problema. Se trata de un mecanismo valioso para proteger temporalmente invenciones físicas; en principio hay que demostrar que la idea es nueva, el plazo de monopolio de uso respaldado por el estado es limitado, y una vez caducado la idea queda libre para el uso de la sociedad en su conjunto. Durante muchos años han servido bien a los inventores particulares, y también a las empresas que integraban las ideas de sus empleados en patentes que podían explotar. No hay nada intrínsecamente malo en las patentes.
Los problemas surgen cuando las patentes se extienden a donde no deberían extenderse, y cuando se conceden sin ton ni son. Los problemas surgen cuando las empresas, grandes bestias incapaces por definición de generar ideas, las utilizan para apropiarse del producto de los cerebros de sus trabajadores. Los problemas surgen cuando en la I D I se sustituye a los ingenieros por los abogados.
Y se complican cuando los gobiernos, nacionales o multinacionales, hacen caso omiso de sus ciudadanos y legislan para favorecer los intereses de las grandes empresas de software.
No se puede permitir que el proceso legislativo de una institución esté controlado por sólo una de las partes interesadas. No se puede permitir que lo que se niega una y otra y otra vez se apruebe con nocturnidad y alevosía. No se puede permitir que so capa de ayudar a una industria se tuerzan en favor de sus mayores componentes las reglas. Y mucho menos que haciéndolo se perjudique a la economía que las sustenta.
Éste es el material del que está hecho el euroescepticismo. La idea de que la opinión de los ciudadanos, expresada reiteradamente, no cuenta para nada frente al poder de los 'lobbies'. La idea de que en Europa quien manda es una burocracia que mira por intereses ajenos. La idea de que una mala ley no se puede parar si la industria que la sustenta es lo bastante poderosa, y pertinaz.
Si ésta es la Europa a la que vamos, quizá sea mejor borrarse.
Patentes de software; otra vez por la puerta falsa.