27 septiembre 2005

Mississippi Blues: Ideología como desastre


Me acerco al momento en que pretendo comentar la situación desatada por el huracán Katrina en lo que se refiere al papel y capacidad del gobierno, en particular la actuación de la Administración Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA). Pero en lo que encuentro el tiempo para hacerlo me gustaría apuntar a dos mensajes significativos del siempre interesante Blog de Juan Freire, donde se citan un buen surtido de referencias y reacciones frente al desastre, y mis comentarios a vuela pluma que entre la cacofonía desatada por muchos debates espero continúen mostrando mi crítica.


Juan escribió: "La nueva Nueva Orleans: planificación o decisiones individuales"

La reconstrucción de Nueva Orleans tras la devastación provocada por el huracán Katrina está abriendo un debate sobre el modelo de ciudad. Pero mientras, políticos, periodistas y urbanistas debaten, la actividad no se ha detenido y la reconstrucción de facto ya se ha iniciado.

E. J. Dionne ha publicado un artículo en el Washington Post donde se defiende la visión planificadora y los planes específicos que están demostrando algunos representantes políticos. Pero, estos mismos políticos están preocupados por la velocidad del proceso que hace difícil que sus detallados planes puedan desarrollarse según sus previsiones. Por supuesto, al mismo tiempo, estos mismos políticos defienden que los ciudadanos, y víctimas del huracán, participen en la toma de decisiones.

Don Boudreaux en Café Hayek (Planning and Individual Decision-Making) pone de manifiesto la imposibilidad de combinar ambos deseos y defiende una estrategia de no planificación, con una reconstrucción que crezca orgánicamente basándose en las decisiones individuales:

I oppose rebuilding New Orleans according to any plan. Any worthwhile city is an organic, spontaneous order. But even if planning a viable, wonderful city were possible and even desirable, doing so is inconsistent with "above all" allowing individuals to be their own decision-makers.

Comentario

Vaya... La situación es compleja y nos encontramos ante otra simplificación que está entre la ignorancia y la ineptitud. Decir que "cualquier ciudad que merezca la pena responde a un orden orgánico y espontáneo" es una sandez tan frágil que dan ganas de no debatir ante tales muestras de dogma y misticismo. Y no lo digo porqué una utopía orgánica no fuera deseable, ese es otro tema, sino porque desde el conocimiento de la condición del medioambiente construido es una afirmación tan incongruente como triste.

Desafortunadamente la reconstrucción de las zonas afectadas por el Katrina se está planificando con poca, o ninguna, participación de los residentes a cualquier nivel. Si deseamos entornos sostenibles en lo social, económico y medioambiental es fundamental involucrar a las comunidades que representan estas zonas y dado el momento histórico en que nos encontramos vamos a tener que hacerlo desde algún tipo de ejercicio de planificación. Complejo y complicado, sí, pero mejor que la ensoñación que propone no hacer nada. Las ruedas están girando y la planificación está en marcha.

Los mismos que fueron capaces de evacuar antes han sido capaces de regresar primero y/o influenciar el proceso antes incluso de que las labores de emergencia estén medio terminadas. En New Orleáns se están favoreciendo planes dirigidos por representantes de organizaciones de comercio que aprovechando la situación pretenden cambiar la demografía de la región y su composición económica a través de mecanismos de exclusión. En el estado de Mississippi se está creando una comisión de expertos que ha empezado sin representantes de ningún tipo de los afectados en el estado. El primer paso es simple, las comunidades afectadas han de ser involucradas en esos planes y comenzar a modificarlos acorde a sus deseos y realidades. Ya que a fecha de hoy va a ser planificación nos guste o no, es clave que ocurra involucrando a aquellos que van a ser más afectados por las decisiones que se tomen.


Juan escribió: "¿Qué falló en la catástrofe de Katrina?: el gobierno o los mercados"
(Extracto)

Entro en el tema sólo para llamar la atención sobre un debate que ha quedado un poco oculto dentro de la catástrofe pero tiene enorme relevancia para entender nuestra sociedad. En Katrina parece haber fallado la respuesta del gobierno, pero no existe unanimidad sobre si el fallo se debe achacar a unos políticos concretos (sea el Presidente de EEUU, la gobernadora de Louisiana o el alcalde de Nueva Orleans) que han actuado mal y tarde o un modelo organizativo basado en exceso en la intevención y control público. De hecho, otra línea del debate se centra en criticar a la economía de mercado como causante del agravamiento de la catástrofe.

Joseph Stiglitz, el Nobel de Economía, defendió en El País, El tsunami negro, las limitaciones de los mercados:

A menudo, los mercados, con todas sus virtudes, no funcionan bien en una crisis. De hecho, con frecuencia el mecanismo del mercado se comporta repugnantemente en las emergencias. El mercado no respondió a la necesidad de evacuación enviando enormes convoyes de autobuses para sacar a la gente; en algunos lugares, respondió triplicando el precio de los hoteles en áreas vecinas, lo cual, si bien refleja el marcado cambio en la oferta y la demanda, se califica de extorsión en los precios. Semejante comportamiento resulta tan odioso porque aporta poco beneficio de reparto y supone un enorme coste distributivo, porque quienes disponen de recursos se aprovechan de quienes carecen de ellos.

Amartya Sen, ganador del premio Nobel de Economía, ha resaltado que la mayoría de las hambrunas no van asociadas a una escasez de alimentos, sino a que quienes los necesitan no pueden acceder a ellos por carecer de poder adquisitivo. EE UU, el país más rico del mundo, disponía claramente de recursos para evacuar Nueva Orleans. Es sólo que Bush hizo caso omiso de los pobres, las decenas, quizá cientos de miles de personas que no tenían los recursos para pagarse su propia evacuación. Cuando uno es pobre, no tiene tarjeta de crédito, y la mayoría de los que se quedaron atrapados estaban especialmente bajos de fondos porque era fin de mes. Pero si hubieran tenido el dinero, no es tan evidente que los mercados hubieran respondido con rapidez para proporcionar la oferta necesaria; en tiempos de crisis, a menudo no lo hacen. Ésa es una de las razones por las que el ejército no usa un sistema de precios para asignar recursos.

Por el contrario, Johan Norberg defiende en su blog el papel de los mercados y la sociedad civil (Katrina: the case for markets and a strong civil society), y lo hace reuniendo una serie de opiniones de autores críticos con el papel del gobierno al que achacan casi todos los fallos que contrastan con los éxitos, mayores o menores, de las iniciativas autónomas de la sociedad civil.

Anne Applebaum (Washington Post):

"But while it is true that the government´s relief effort looks set to dwarf anything it has tried before, consider what the actual experience of the disaster has already been - not theoretically, not on paper, but in practice. Listen, for example, to volunteers who prepared 92 boats to help evacuate people from the rooftops of New Orleans. They were ultimately kept out by Federal Emergency Management Agency bureaucrats because, among other things, they didn´t have life preservers. Or listen to the volunteers who organized 100 doctors to treat 400 sick people at a converted Baton Rouge warehouse " until they, too, were told by the government to shut down, reopen and then shut down again. Or to the hundreds of firefighters who, according to the New York Times, responded to a nationwide call for help and were then 2held by the federal agency in Atlanta for days of training on community relations and sexual harassment," while women were raped and lives were lost in New Orleans.

John Tierny (New York Times):

"While Louisiana officials debated how to accept outside help, Acadian [a private ambulance company] was directing rescues by helicopters from the military and other states. When the Federal Emergency Management Agency´s paperwork slowed the evacuation of patients from the airport, Acadian´s frustrated medics waited with empty helicopters.

The company sent in outside doctors and nurses to the airport, where patients were dying and medical care was in short supply. FEMA rejected the help because the doctors and nurses weren´t certified members of a National Disaster Medical Team.

President Bush has promised to find out what went wrong and make sure the government has a better plan for the next disaster. But plans can do only so much. As the Acadian workers demonstrated, coping with a disaster requires the ability to improvise and break the rules - talents notably absent in most bureaucrats."

Thomas Sowell (Townhall.com):

"Well before Katrina reached New Orleans, when it was still just a tropical depression off the coast of Florida, Wal-Mart was rushing electric generators, bottled water, and other emergency supplies to its distribution centers along the Gulf coast. ... Nor was Wal-Mart unique...

Meanwhile, laws prevent the federal government from coming in without the permission or a request from state or local authorities... The desire to make money usually gets people in gear faster than the desire to help others."

Que cada uno saque sus propias conclusiones. [Aviso para los excesos de interpretación: Stiglitz no critica los mercados de modo absoluto, sólo propone que su eficacia para dar una respuesta rápida en casos de crisis es limitada].

Comentario

Falló todo Juan, falló todo...

Yo por el contrario creo que es un debate reiterativo y en general que no procede. Espero irme metiendo, pero no estamos ante un caso de gobierno inútil y por tanto sintomático de su caducidad o de muestras de capacidad de las organizaciones privadas y así ejemplo de que su hegemonía es deseable. Estamos ante un colapso real del modelo aplicado por la sociedad capitalista que culmina en muestras como la presente.

Y tiene tela recurrir al concepto de sociedad civil, definida según le interese al opinador de turno, para defender posiciones liberales o neoliberales apuntando a la iniciativa privada como motor de la seguridad social. Eso no es lo que tenía en mente Gramsci cuando hablaba de sociedad civil...



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