23 junio 2006

El horror: España domesticada
Shima Spain Village captura España para el turista japonés


Desde 1994 se encuentra en Japón un pedacito de España en forma de decorados, hoteles disfrazados de pueblecitos y un parque de atracciones que gira sobre una España cargada de trajes de lunares, toros y aceite de oliva permitiendo viajar sin ir a ninguna parte.

Shima Spain Village es un complejo turístico en la prefectura Mie, cerca del Gran Santuario Shinto - lugar clave en la interpretación del nacionalismo japonés - donde se ofrece la oportunidad de alcanzar otra cultura, de poseerla, con la comodidad que proporciona prácticamente no moverse de casa.

El parque de atracciones se hace llamar Parque España y ofrece réplicas de lugares que van de los más genéricos, como una calle mayor, a los más específicos, como la Cibeles de Madrid. Sorprende la exquisita atención al detalle arquitectónico y la reproducción de estatuas que en versiones reducidas y distorsionadas aparecen descolocadas para enmarcar una España de pandereta y sol naciente. Las atracciones permiten convertir los "Pirineos", la montaña de "Montserrat" o incluso la fiesta taurina a través de "Matador", en montañas rusas cargadas de velocidad y faralaes.


Se necesitan algunos elementos genuinos para apoyar la ilusión sin romper la farsa: importar actores y alimentos, reproducir fachadas, adaptar términos lingüísticos, trasformar trajes populares y convertir en mascotas anfitrionas al Quijote y Dulcinea, un perro y una gata, que guían a niños y mayores junto a Choquy, una especie de conejo que luce sombrero cordobés y un par de maracas.

El antropólogo social Bruce Caron opina que lo domesticado y lo doméstico son esenciales para entender Shima Spain Village. El espacio domesticado está sujeto a un control paternalista que sirve para extraer del visitante un comportamiento específico y limitado. Así se crea un espacio doméstico donde han desaparecido los eventos impredecibles e incontrolables. Aproximadamente por el mismo precio que a una familia le supone visitar este lugar durante un fin de semana se podría visitar cualquier gran urbe española. La diferencia radica en que tendrían que enfrentarse a las incertidumbres de la ciudad, la posibilidad de lo inesperado y establecer un nuevo diálogo con otro lugar. Es más sencillo tratar con empleados y visitantes que hablan tu mismo idioma y ofrecen un itinerario de ruta cómodo y fácil de entender. Shima Spain Village se convierte en un lugar familiar donde los extraños se asimilan inmediatamente permitiendo la ilusión de un espacio sin riesgos ni peligros.

Este teatro del españolismo en Japón dista mucho de ser un caso único. Es la consecuencia extrema de algo de amplia tradición que va desde la catalogación provincial y nacionalista en los pabellones de las exposiciones universales, al consumo popular de la cocina extranjera como recreo social, pasando por los modelos del turismo de masas, sin que normalmente nada de ello ayude necesariamente a aproximarse a otras culturas y mucho menos a entenderlas.

Shima Spain Village lleva a preguntarse si de hecho no es otro reflejo, otra trasformación de la idea de España. ¿La representa? ¿Se puede capturar en una muestra genérica y arbitraria la gama de fusiones, tensiones y culturas que representan eso que se hace llamar España? La farsa se constituye en una nueva realidad: te engañan y te dejas engañar. Su interpretación se convierte en algo auténtico que nos permite plantear que España es un invento y que lo que hagamos con él depende de cada cual.

Más info en www.parque-net.com