21 abril 2005

Arquitectura: Shigeru Ban - La O con un canuto



Shigeru Ban es un arquitecto de origen japonés que en los últimos a
ños ha logrado un sólido reconocimiento gracias a su uso de materiales reciclados, en particular tubos de cartón, y su empleo en proyectos de ayuda al desarrollo y asistencia en crisis humanitarias. Ha colaborado con Naciones Unidas dentro del programa de ayuda al refugiado hasta el año 1999. Y sus diseños han sido adaptados tras terremotos en Turquía o la India así como en la mejora del alojamiento para refugiados durante la crisis de Ruanda. Esta poniendo en marcha Voluntary Architects' Network, una ONG que dice dedicarse a las necesidades básicas de vivienda en países pobres.

Tuve el gusto de escucharle como parte de un panel dentro de la exposición "Cities on the Move" en Londres en el 99. Dentro de las limitaciones del idioma se expresaba con mucho sentido y seriedad. Es de agradecer encontrar arquitectos que se manifiesten públicamente diciendo que quieren que sus edificios atiendan a las necesidades sociales. Un buen ejemplo es el edificio comunitario que levanto en 1995 tras el terremoto que desoló la región de Kobe en Japón. 58 pilares de cartón reciclado, cada uno de 5 metros de alto y 33 centímetros de diámetro se erigieron en el lugar que ocupaba la iglesia destruida proporcionando un referente para los damnificados.


Ban también tiene una vertiente formalista, que aunque continua utilizando algunos materiales reciclados pertenece de lleno a la tradición modernista de la arquitectura. Personalmente me interesa bien poco esta producción. Ban se queja de que ha de luchar contra los estereotipos que produce el ser llamado un arquitecto de papel creo que esta obra le permite entrar en los círculos más elitistas de la arquitectura y del arte. Aunque en realidad la duda que más me preocupa es si su trabajo dedicado a una obra social es utilizado para maquillar la ayuda de emergencia y desarrollo cubriendo los aspectos que realmente necesitan nuestra atención. Por ejemplo, yo me pregunto que hace Naciones Unidas produciendo video juegos educativos para niños de 8 a 13 años como bien cuenta Juan Freire en Food force: un videojuego sobre ayuda humanitaria.