23 junio 2005

Sociedad: Tocando los genitales


Mucho ruido últimamente en torno al reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo y el fin del mundo. Desde Estados Unidos a España se están oyendo gritos que no es que reclamen el respeto de sus ideas si no que argumentan que su interpretación del mundo es universal y por lo tanto hay que aceptarla guste o no. Se les puede rebatir fácilmente con una mirada a la historia de las instituciones que dicen representar o con la realidad que existe en múltiples sociedades. También se les puede dejar hacer el ridículo solos que se las apañan bien como cuando el PP convoca al vergonzoso Aquilino Polaino al senado español. Lo que hablamos aquí es muy importante y hay que defenderlo por si mismo. Pero creo que también precisamente por su importancia nos afecta a todos independientemente de orientación de cualquier tipo. No se puede aceptar que desde el dogma, la ignorancia y la manipulación se simplifique el debate e ideas tan retrogradas paseen por las calles sin respuesta. Estas ideas tienen un impacto en la cultura popular que generan estereotipos y prejuicios difíciles de eliminar. Incluso he escuchado en más de una ocasión a progresistas bien intencionados comentar: "Sí, igualdad sí, pero está claro que hay unas diferencias cerebrales claras o que es una condición psíquica que puede cambiar." Reemplazamos "diferencias" por "patologías" y "cambio" por "cura" y ya la tenemos liada.

El problema con la naturaleza: Sexo en la ciencia y la cultura popular
Roger Lancaster, University of California Press 2003
Lancaster es un catedrático de antropología y director del Programa de Estudios Culturales en la universidad de George Mason. En esta obra se dedica a estudiar como los medios de comunicación se apropian selectivamente de retazos de ciencia natural, tanto falsos como contrastados, y lo utilizan en una interpretación parcial de como la sociedad ha de funcionar. Este fenómeno presenta sistemáticamente un retrato de los estereotipos fabricados en torno al deseo sexual y relaciona el auge de la biología y psicologías evolutivas con la creación de pautas de comportamiento. Los periodistas, científicos, políticos... son capaces de utilizar el discurso de la ciencia para apoyar posiciones de carácter político sin respaldo de evidencia.
El estudio parte de una perspectiva estadounidense lo cual no resta peso a poder indagar en serio dentro de la mitología de la inmutabilidad de la naturaleza humana, ahora que los cambios de la función social basada en el género y la normalización de las relaciones lesbias y homosexuales están trasformando convicciones y prejuicios.
En la obra Lancaster añade una muestra convincente de la transformación a través de varios discursos históricos sobre lo que es natural e innatural, desde la transformación de las técnicas de reproducción a las relaciones familiares. Si la interpretación a lo largo de la historia de lo que constituye "lo natural" ha cambiado tan radicalmente es poco creíble postular que una transformación social no es legítima. No se puede defender la existencia de un orden estático del mundo natural. Lancaster concluye: " La vida cotidiana permanecerá como un laboratorio social y un lugar de disputas intimas. La gente continuara innovando nuevas identidades, elaborando nuevos diseños para vivir, y construyendo instituciones híbridas- y en el proceso, estará descubriendo nuevas naturalezas humanas. "

No conozco que exista aun traducción al español del libro aunque probablemente haya una bibliografía solvente de mano de otros autores. Sería bueno tener a mano la versión paralela latina de este debate. Mientras tanto aquí hay una breve traducción del comunicado en el que Lancaster participó representando a la Asociación de Antropólogos Americanos. Este fue presentado al Presidente Bush en un contexto muy similar por el que España está pasando.

Opino con Lancaster que el estudio de los fenómenos naturales esta relacionado con el de los sociales: "La pregunta, no es como la biología expresa, forma, o afecta la cultura, pero como las actividades humanas tratan con los problemas biológicos a la luz de las aspiraciones culturales." Justo desde ahí habría que preguntarse si realmente el debate esconde una preocupación por la infancia como a veces se excusan algunos oponentes del derecho al matrimonio. De ser así lo que habría que hacer es proveer para que la infancia sea la que se beneficie y no tocar los genitales con tanto dogma.

Más madera:
Tienes mucho que decir: El huracán (mediático) Aquilino
...apo kardias: El Blog de Manu: Por fin lo dicen claramente
A sueldo de Moscú: Carta abierta al arzobispo de Madrid
Una Maruja en Internet: Referentes
Retazos de tu leyenda: ¿Qué me pasa, doctor Polaina? - ¿Qué familia?