08 junio 2005

Politiqueo: "Olimpiada con bayeta, olimpiada con estropajo...

...siempre quedará brillante su cazuela con detergente el cascajo" Mortadelo y Filemón

Pero que pesaditos que están. Gallardón en particular parece Don Erre que Erre. ¿Cuándo se emplearán en gestionar sus ciudades y dejaran de perder el tiempo y el dinero que tanto le cuesta a los ciudadanos persiguiendo molinos de viento? Con perdón de Don Quijote, personaje mucho más cabal que cualquiera de esta banda.

En New York ya prácticamente han bajado los brazos, sobre todo al darse cuenta de que estaban invirtiendo, e iban a invertir, millones de dólares por la posibilidad de, la posibilidad, de tener las olimpiadas. En la foto superior se ve la imagen de la promoción olímpica pegada a conciencia en todos los vagones de metro: ciudad candidata. ¿Qué se pensaría del pardillo que invirtiera en serio una fortuna en camisetas y pegatinas para amigos, familiares y conocidos donde se pudiera leer "Candidato opositor para Técnico Comercial del Estado" o "Candidato finalista para trabajar en el bar de la Antonia"? Pues eso... Ya que parece ser que no es una cosa que se puede debatir racionalmente o democráticamente, por favor, que no den más noticias hasta que ganen o pierdan.

Fiebre olímpica: grave y común dolencia del político, es como el dolor de riñones del alicatador de baños o los cortes en las manos del vendimiador. Obsesión por la inmortalidad histórica que proporcionaría una feria, negocietes aparte. En cambio si se estuvieran a lo que es, otro gallo nos cantaría.