Música: Flamenco en DC
Al principio nadie me toma en serio cuando digo que desde que estoy en Washington DC tengo a mano una gran oferta flamenca. Cierto, el flamenco contemporáneo dicen que acaba pasando por Madrid. Desde lo mas innovador a lo mas purista. Recuerdo claramente un gran concierto del Agujetas en Casa Patas que ponía la piel de gallina. ¿Pero a dónde van cuando salen los flamencos de la península? Pues en general si van a Estados Unidos antes de pasar por Nueva York vienen a DC.
Gracias al Festival Flamenco, organizado en buena parte por el programa de español en la universidad George Washington he podido ver por aquí a: Vicente Amigo en plenas facultades, Carmen Linares encantadora con un Manolo Sanlúcar de ceño fruncido, José Mercé enorme ante un auditorio semivacío, Territorio Flamenco con Miguel Póveda, Arcángel, la Linares y Diego Carrasco entre otros presentado una electrizante versión de la Leyenda del tiempo o a Cañizares y Gallardo inmensos con la guitarra. Morente fue de los pocos que han cancelado y se han limitado a pasar por NY. ¿Por qué Enrique? ¿Por qué? Menos mal que le he podido ver en Madrid... Y aparte hay una escena regional semiprofesional bastante activa como refleja la página DCFlamenco.com gestionada por Michael "Miguelito" Pérez, en la foto superior acompañando con el toque a Carlton Ashton.
Tras meterme un poquito en los primeros 90, empecé realmente a verme aficionado al flamenco cuando salí de España allá por el 95. Creo que se mezclaron muchas cosas. La distancia no es necesariamente nostalgia y si la tratas con cuidado enseña mucho. El rechazo al flamenco en mi entorno venía por muchas partes.
Desde una perspectiva más amplia el flamenco era mal entendido porque la política estatal, en particular la de los últimos 20 años de la dictadura franquista, había promovido una imagen populista, homogénea de España a través de una expresión tan complicada como la flamenca. Es decir, entre las capas obreras progresistas sin tradición flamenca, acercarse a esto parecía ser ignorante. Lo ignorante era pensar así. Eso lo supe después. Por supuesto, el esperpento flamenco españolista aún existe. Y me lo dejo para un próximo mensaje.
Para algunos extranjeros es lógico ver a un español escuchando estos ritmos pero siendo medianamente discreto y fuera del contexto patrio nació un monstruo. Muchos aún se sorprenden por mi interés. Disto mucho de saber de lo que hablo, en particular en el terreno estrictamente musical, pero se que me interesa mucho y lo disfruto. Alguna vez se me puede pillar andando por las calles de Washington DC escuchando a los Chichos. ¿Y que pai?