23 mayo 2005

Ciudades: ÔNIBUS 174, Río de Janeiro



Bus 174 es un documental de José Padilha basado en imágenes de archivo, entrevistas y documentos oficiales acerca del secuestro de un autobús en Río de Janeiro, filmado y transmitido en vivo, durante cuatro horas, absorbiendo la atención mediática de Brasil el 12 de julio del 2000. Padilha narra el evento en paralelo a la historia de Sandro, el secuestrador. Esta dialéctica que incluye las imágenes que la televisión proporcionó de la participación policial aproxima la realidad social de la urbe brasilera de un modo desolador facilitando entender c
ómo el secuestrador se convirtió en un criminal y la razón de su comportamiento durante el secuestro.

Padilha encontró una fuerte oposición por parte de las autoridades para que su película se distribuyera. Desafortunadamente parece que gestionar la imagen se convierte a menudo en una prioridad política por encima de la gestión social. Pero la película se benefició de su exposición internacional y su impacto generó un éxito que fue imposible parar. Ha sido presentada en varios festivales de habla hispana y su distribución comercial incluye al menos una copia subtitulada en inglés. Padilha al ser preguntado sobre cómo afecta su documental a la imagen de la ciudad contesta:
"Creo que la cinta refleja la realidad de aquí. Así que creo que s
ólo la gente interesada en pretender que la realidad es diferente de lo que es debería estar preocupada sobre la película. En lo que a mí se refiere, creo que debemos ser sinceros sobre nuestro país, reconocer nuestros errores y tratar de mejorar".




El documental es duro e impactante. A diferencia de algunas de las películas más populares que recientemente han tratado aspectos de la vida violenta y pobre de las favelas BUS 174 no se recrea exclusivamente en la agresión gráfica. Esta aparece como parte intrínseca de estas vidas pero el énfasis de Padilha no es ese sino llevarnos a entender cómo y por qué se ha llegado a la situación en la que está metido Sandro dentro de ese autobús. Los críticos de Bus 174 acusan a Padilha de ser parcial, de ofrecer una interpretación de Sandro que le defiende, que prácticamente le legitima. Frecuentemente se le acusa de haber hecho una obra que no es objetiva. Al ser preguntado sobre su objetividad contestó:
"La respuesta depende de la definición que uno adopte del término "objetivo". A mí me gusta la definición que da John Searle, algo más o menos así: Algo es objetivo cuando puede, al menos en principio, ser percibido por sujetos diferentes. En contraposición algo es subjetivo cuando s
ólo puede ser percibido por un sujeto. Por ejemplo, yo no puedo percibir los pensamientos que tú tienes, así que son subjetivos. Ya que ambos podemos percibir la película en este sentido es objetiva. El otro sentido que la gente intenta atribuir al mundo objetivo es normalmente confuso y no muy útil. Por ejemplo, yo no creo que la subjetividad tenga nada que ver con que mi opinión personal esté en la película o no. Si lo estuviera, entonces la opinión está ahora objetivizada, y eso es lo que es".

Todos proyectamos una opinión y un análisis que afecta a la realidad que nos rodea en mayor o menor medida. Padilha pone en la palestra la vida de Sandro para entender la violencia en Brasil y si hay algo descorazonador en la película es que, mientras que muchos piensan que eliminar a los Sandros del mundo es la solución a los problemas, el esfuerzo que requiere entender cómo llegamos a esto es duro y las soluciones que tengamos por delante sin voluntad de entendimiento común serán muy difíciles de alcanzar.


(Imagen inferior cortesía de Informationsseite Brasilien)